En Català Recursos Humans llevamos más de 25 años acompañando a las empresas en la gestión de su capital humano, y sabemos que cada generación trae consigo nuevas prioridades y formas de entender el trabajo. Hoy, lo vemos con más claridad que nunca: la generación Z no se conforma con estabilidad, busca también libertad, propósito y bienestar. Y dentro de esta nueva lógica, las excedencias cobran un protagonismo que no podemos ignorar.
Para esta nueva generación de profesionales, el equilibrio entre la vida personal y laboral no es un objetivo deseable, es una condición indispensable. De ahí que la posibilidad de interrumpir su carrera profesional temporalmente —sin perder derechos ni desvincularse de la organización— se haya convertido en una herramienta esencial. Las excedencias ya no se perciben como una decisión drástica, sino como un recurso legítimo para crecer y reorganizar prioridades.
Lo hemos comprobado en muchos de los proyectos que lideramos: cuando las organizaciones entienden el valor real de estos permisos, el vínculo con el talento joven se fortalece. Y no hablamos solo de retención, sino de compromiso sincero. Porque cuando una empresa reconoce y respalda la necesidad de pausa de sus trabajadores, lo que está haciendo, en realidad, es invertir en relaciones laborales duraderas.
Ahora bien, no basta con aceptar la figura de la excedencia desde lo legal. Hay que gestionarla bien. Y para eso es imprescindible que tanto las empresas como los propios trabajadores conozcan con claridad cómo se tramita, qué derechos conlleva y qué condiciones se deben respetar. En Català RRHH insistimos mucho en este punto: ofrecer información clara y acompañamiento durante el proceso marca la diferencia entre una excedencia mal gestionada y una oportunidad bien aprovechada.
La generación Z valora profundamente esa sensación de seguridad: saber que pueden tomarse un tiempo para estudiar, emprender o cuidar de un familiar sin renunciar a su empleo ni a su trayectoria. Esta confianza genera una fidelidad mucho más sólida que cualquier incentivo económico.
Por eso, integrar políticas de flexibilidad real es más que una respuesta a una moda: es una necesidad estratégica. Las empresas que están sabiendo adaptarse, que no temen ofrecer herramientas como las excedencias voluntarias, están recogiendo los frutos en forma de equipos más motivados, ambientes más sanos y mayor capacidad para atraer talento joven.
Y aquí entra otro aspecto que no podemos pasar por alto: quienes regresan de una excedencia lo hacen, en muchas ocasiones, con una visión renovada, con ideas frescas y una energía que repercute positivamente en los equipos. Lejos de generar inestabilidad, este tipo de pausas bien gestionadas refuerzan la productividad y la implicación.
La generación Z no está buscando solo un salario competitivo. Busca un entorno donde se respete su ritmo vital y donde pueda desarrollarse de forma integral. En este contexto, las excedencias se convierten en un pilar para construir calidad de vida sin que ello suponga una renuncia a sus objetivos profesionales. Muchos de estos jóvenes aprovechan estos periodos para formarse, ampliar conocimientos o emprender proyectos que suman valor a su trayectoria. Lejos de representar una desconexión, estas pausas estratégicas pueden ser, en muchos casos, una inversión en su crecimiento a largo plazo.
Las empresas que quieren seguir siendo competitivas tienen que ser también más humanas. Y eso empieza por escuchar. Si hoy nuestros equipos nos están pidiendo tiempo, flexibilidad y comprensión, tenemos que responder con políticas alineadas a esa realidad. No podemos seguir gestionando el talento del siglo XXI con estructuras del siglo pasado.
Desde Català Recursos Humans lo vemos claro: apostar por un modelo que facilite las pausas temporales no solo cumple con la normativa, sino que genera una cultura organizacional basada en la confianza, el respeto y el cuidado mutuo. Si queremos construir organizaciones sostenibles, capaces de innovar y adaptarse, necesitamos comprender que el bienestar del trabajador no es un extra, es el punto de partida.
Por eso insistimos en la importancia de difundir, formar y acompañar en el uso correcto de este tipo de permisos. Porque una excedencia bien entendida puede ser la diferencia entre un profesional agotado y uno comprometido, entre una empresa rígida y una que sabe evolucionar con su gente.
Integrar esta perspectiva es, hoy por hoy, una de las claves para seguir atrayendo y potenciando el mejor talento.
Si te preguntas cómo funcionan las excedencias te lo dejamos en nuestro blog.
Creemos que podemos dar servicio a gran parte de tus necesidades dentro de las áreas de RRHH e IT.
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